La culminación de un tratamiento estético pasa por varias etapas, desde la búsqueda inicial hasta la realización del mismo, permitiéndonos alcanzar el “sueño” de la transformación.

Sin embargo, si no se tiene en cuenta la armonía facial y corporal, el resultado puede ser una pesadilla. Por ello, la búsqueda de la naturalidad en los procedimientos estéticos se basa en entender caso a caso cual es la mejor intervención necesaria. A partir de esa evaluación, los tratamientos más indicados son los debatidos con el paciente, para así satisfacer el deseo de una apariencia mejor sin perder su propia esencia.

Debido a que las celebridades e influencers suelen ser tomados como referencias de belleza, el resultado obtenido para cada persona, puede no ser totalmente satisfactorio . “Yo quiero una nariz, así como la de esa actriz y los pómulos de esa cantante”. Frases de ese tipo son escuchadas frecuentemente en las consultas de estética. No obstante, es necesario entender que cada rostro y cuerpo tienen características propias y que, por tanto, modificaciones estéticas que quedan bien en algunas personas pueden interferir negativamente en la apariencia de otras.

Huir de los resultados artificiales

Los procedimientos estéticos enfocados en la naturalidad son aquellos en los que es posible notar la mejora en la apariencia del paciente, sin evidenciar el tipo de procedimiento aplicado. Y para obtener ese resultado es fundamental que las expectativas del paciente estén alineadas con su realidad, evitando así la tan famosa artificialidad. Con la orientación adecuada, es posible alcanzar una naturalización facial y corporal con procedimientos estéticos, especialmente en tratamientos no invasivos. 

No me gusto el resultado del procedimiento ¿y ahora?

La insatisfacción con algunos aspectos del cuerpo hace que la búsqueda por las clínicas estéticas alcance números relevantes en todo el mundo. El avance de las modernas tecnologías permite muchas veces que no sea necesario un ingreso hospitalario ni caer en gastos exorbitantes, facilitando el acceso de la mayoría de personas a estos procedimientos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunos métodos aplicados de forma abrupta pueden comprometer la naturalidad y el aspecto de la piel. Ello hace que, junto al aumento de la demanda de servicios estéticos, surja también una ola de personas insatisfechas con los resultados de sus tratamientos. Y eso pasa especialmente por la falta de naturalidad en los resultados, junto a la expectativa irreal del paciente, falta de orientación profesional o cantidad exagerada de procedimientos.

Adaptar la realidad a las posibilidades naturales

Antes de realizar cualquier modificación facial y/o corporal, es necesario ponderar acerca de la necesidad real del procedimiento. Algunas veces, no es necesario un tratamiento radical, que altere la apariencia del rostro y del cuerpo. Puede bastar con procedimientos que lleven a un resultado más armónico y natural. 

Es común que procedimientos estéticos realizados a celebridades creen expectativas en personas que nunca podrán alcanzar los mismos resultados.  “Si ella tuvo una mejora tan estupenda en su apariencia, es probable que también la tenga yo”. Sin embargo, cada rostro y cuerpo posee características que lo hacen único, por lo que el mismo tipo de tratamiento en varias personas no garantiza la obtención de resultados iguales.

Es por ello que hay que dejarse aconsejar por profesionales cualificados que efectúen una evaluación minuciosa de cada caso, buscando promover una mejora natural en la apariencia del paciente. El equilibrio entre sus expectativas en cuanto al resultado, las posibilidades reales de conseguirlo y la aceptación de las condiciones naturales propias es la base para obtener resultados satisfactorios tras someterse a un procedimiento estético. 

Luci Motta

Enfermera Dermoestética